La falta de tejido industrial y de un sector servicios potente provoca la marginación de la población inmigrante, que se ve abocada a la delincuencia o al trabajo precario
ALEJANDRO GARCÍA REBOLLO
Si a cualquiera de nosotros, desconocedores de la situación real en los pueblos pequeños de la provincia de Valladolid, nos preguntan por los problemas más acuciantes que acechan al medio rural acudiremos sin duda a la despoblación y a la falta de oportunidades. Esto es cierto: la población más joven debe emigrar forzosamente. Pero ¿alguna vez reflexionamos sobre la situación de la población inmigrante?
Si la falta de oportunidades laborales afecta a la población española, los extranjeros que desean vivir en el medio rural castellano y leonés soportan un hándicap extra: su condición de foráneos. Además del desconocimiento del idioma en los primeros momentos, la falta de un núcleo familiar al que puedan recurrir en caso de necesidad, deriva en una marginación mayor, desembocando en el desarrollo de actividades ilícitas para poder sobrevivir.
Los regidores de estas pequeñas comunidades nos alertan sobre la difícil integración del colectivo extranjero en comunidades cerradas, la ausencia de posibilidades de trabajo se acrecienta y el rechazo hacia los extranjeros también. No es culpa de los inmigrantes verse abocados a situaciones como esta, es que no tienen más alternativas.
Esta es una situación sobre la que llaman la atención los alcaldes de los pueblos pequeños, si no tienes para comer, lo más sencillo es dedicarte a la delincuencia, y la forma de hacerlo, en numerosas ocasiones tiene que ver con el desarrollo de plantaciones de marihuana: sol y agua aquí no faltan. Esta situación no se da de forma exclusiva en la población inmigrante, pero sí con demasiada frecuencia.
La otra alternativa, cuando las vías legales para ganarte la vida desaparecen, es dejarte explotar laboralmente: sin contrato, sin alta en la seguridad social y poniendo en juego tu integridad física. No hablemos ya de los casos en los que tienes una familia a tu cargo. Esta denuncia debe hacernos reflexionar, sobre todo a los habitantes de los pueblos, los inmigrantes no son ni nunca serán el problema, debemos ayudarles e integrarles, porque la multiculturalidad llena de vida los pueblos.

