El 26 de mayo habrá elecciones municipales que marcarán el devenir de las localidades
Por Iván Herrero
Este fin de semana, llega una nueva cita con las urnas. El próximo domingo habrá que ir al colegio electoral para decdir sobre el futuro de nuestro municipio para los próximos cuatro años. En estas elecciones (serán las únicas) en las que la ideología se deja a un lado y el ciudadano de pie vota pensando más con las emociones que con la cabeza.
El ciudadano no tiene afecciones ideológicas en estas elecciones ya que todos los candidatos los conoce a la perfección. Un candidato puede ser su vecina de puerta y el otro, el panadero que le lleva atendiendo durante 40 años. Por eso afirmo que estos comicips son más emocionales que ideológicos: la gente se fía más de las personas que conoce de primera mano que de las siglas/colores que le respalden.
Los gente de los pueblos (en riesgo de despoblación, sobre todo) buscan a gente preparada, con ganas de mejorar su municipio y que tenga la voz suficiente para que haga ruido en la Diputación Provincial. Buscan que su vecino, aproveche la confianza que le han dado para que haga todo lo posible para que su municipio tenga peso en el panorama de la provincia y no quede olvidado, al desamparo del éxodo rural.
Como diría un ilustre expresidente del gobierno de España: «Es el vecino el que elige al alcalde, y es el alcalde el que elige los vecinos del alcalde». A parte del traspiés, algo de razón no le faltaba. El Alcalde de un pueblo también elige a los vecinos. El Alcalde según sus medidas, propuestas, promesas… elegirá a sus vecinos. Elegirá a los vecinos que se queden en busca de un futuro próspero y que pueda resurgir al municipio o elegirá a aquellos vecinos que deciden jubilarse en su pueblo o elegirá a aquellos vecinos que tengan una residencia en su pueblo como casa veraniega.
Los ciudadanos deben votar con más razón que corazón. Valorar la legislatura del anterior gobierno, ver nuevas propuestas y a partir de ahí decidir.

